Una de las medidas, casi desesperadas, que tomó el Gobierno de Chile después del Estallido Social del 18 de octubre de 2019, fue la creación de “Diálogos ciudadanos” en las distintas comunas, provincias y regiones. Documentos estandarizados a nivel nacional con preguntas abiertas, ítems de respuesta y lineamientos generales circularon a través de todos los servicios públicos y oficinas gubernamentales.
Bajo el nombre de “El Chile que queremos”, el Gobierno intentaba aquietar las aguas luego que las principales deudas en materia social y desigualdad económica de la nación fueran manifestadas en cada plaza del país.
En el sitio web “chilequequeremos.cl”, el Gobierno señala que cada ciudadano puede participar u organizar su propio Diálogo Ciudadano, o responder una Consulta Individual basada en los diálogos a nivel nacional.
En la región de Ñuble los distintos servicios públicos han realizado estos diálogos, y en Punilla, la Gobernación provincial ha hecho lo propio. El mecanismo es simple: se consulta acerca de la realidad y la opinión de los ciudadanos en temáticas a nivel nacional: Salud, Educación, Seguridad Pública y las que, a su criterio, son las principales necesidades a nivel país.
Se han realizado más de 12.000 Diálogos Ciudadanos a la fecha; cifra que le permite al Gobierno generar un banco de datos que, esperamos, sea utilizado como un barómetro efectivo de la opinión pública nacional.
Tal como hemos señalado en varias ocasiones, las ciudades o comunas son como pequeñas Repúblicas o mini-países y, la forma de canalizar las demandas de la comunidad es uno de los temas que deberían preocupar a las administraciones municipales.
Que provechoso sería si San Carlos, o las demás ciudades de Punilla (dónde desde este mes circula este medio), realizaran Diálogos Ciudadanos, con mecanismos efectivos para registrar las necesidades y demandas de los ciudadanos, las Juntas de Vecinos, las organizaciones sociales, el comercio y las ins-tituciones locales.
Ahí brotarían, inmediatamente, aquellas calles sin pavimentar, promesas sin cumplir y un sin fin de necesidades que los vecinos de San Carlos y Punilla presentan y vienen arrastrando desde hace varios años.
Es un hecho que los recursos municipales no son infinitos, pero la sabia inversión de estos en las necesidades de la comuna deben marcar las administraciones locales, sin importar el color ni el sector político.