Dentro del corredor biológico nevados de Chillan, existen dos rutas bien marcadas para conocer y reconocer la montaña. Ambas con paisajes muy distintos: por el norte, San Fabián de Alico, de vista amplia, rocas descubiertas, de veranos soleados y río turquesa, y en el sur: por Pinto hasta las Termas de Chillán, con canchas de sky, fumarolas y más arriba con ríos naturales de agua caliente, que nacen de un volcán bien despierto -en alerta desde 2015- dando posibilidades de conocer variados sitios durante el año.
Sus habitantes dan entrada a las rutas, logrando entregar diferentes servicios, ya sea traslado, camping, cabañas, actividades deportivas, de esparcimiento, científicas, comida típicas y cervecería artesanal.
Ahora, con esta contingencia, estar resguardado se hace necesario, por ende, las actividades de visita, están restringidas de manera indefinida. A esto se suma a la llegada de la temporada de nieve, cortando caminos y aislando las casas y congelando cañerías.
Entonces ¿Cómo, se puede reactivar la economía a estos sectores, donde de partida, el habitar es complejo, si no se tiene calefacción suficiente? He ahí la gran interrogante.
Como recomendaciones les dejo el Disco “Lugares comunes” de Inti Illimani y el Libro “Chile o una loca geografía” de Benjamín Subercaseaux.