La aparición de Hugo Gebríe Asfura (RN) en una visita de autoridades por el terreno para el Polideportivo comunal no pasó inadvertida. Gebríe cumplía funciones de alcalde en la Municipalidad de San Carlos hasta que el Tribunal Electoral Regional del Biobío lo destituyó por catorce cargos con faltas graves a la probidad, pero el proceso sigue en pie ya que éste apeló al TRICEL. Su asistencia a la actividad molestó a muchos en redes sociales quienes tildaron la acción como una falta de respeto a la ciudadanía.
La aparición del investigado rostro de Renovación Nacional en la capital de Punilla dejó varias interrogantes: ¿Cómo llegó Gebríe a la actividad? ¿Cometió alguna falta haciendo esa aparición pública? Preguntas que este periódico ha intentado responder. A “don Hugo” no le invitaron formalmente, pero si le avisaron de manera informal, porque por algo llegó. Él es un ciudadano como todos, por lo tanto una aparición como esa no fue un delito, pero si una falta moral, dada la situación en la que se encuentra: un proceso de destitución que lo mantiene suspendido y una licencia psiquiátrica presentada por él mismo.
Si bien el proceso de destitución de Hugo Gebríe está en curso, hubo un Tribunal que acreditó catorce cargos en su contra, lo que lo dejó inmediatamente suspendido de sus funciones apenas fue notificado de ello. Por ello, la ciudadanía esperaría una muestra de respeto por el proceso legal que se encuentra en desarrollo -por la gravedad de los cargos en cuestión-, lo que debería verse reflejado en no asistir a actividades como esta. Por otro lado, la actitud de las autoridades vigentes hacia su persona también debería mostrar respaldo a los procesos y las instituciones, y no vincularse con él en ceremonias, por ejemplo. Pero aquí la ciudadanía vio todo lo contrario: un suspendido alcalde apareciendo en fotos con autoridades locales y regionales.
Este hecho es una señal. Al ver la situación, la ciudadanía puede inferir claramente que ni la suspendida autoridad ni su entorno se esfuerzan por dar muestras de respeto a los procesos en curso. Y esta apreciación no es un ataque personal a Gebríe ni algo por el estilo; cualquier autoridad que estuviese viviendo un proceso de destitución que lo suspende de su cargo debería aislarse de toda actividad pública por respeto a las instituciones, sin importar su color político ni su carácter personal. Lamentablemente, cuando eso no ocurre, queda a criterio del electorado si las autoridades están a la altura de las circunstancias o no, juicio que debe manifestarse en el voto.