Es tradición de todos los años, en todas las empresas, instituciones serias y también Municipalidades. Los gerentes, directores, presidentes y alcaldes rinden cuenta ante los suyos, de la gestión del reciente año.
Este 2020, con pandemia incluída, la administración Gebríe dio Cuenta Pública a través de una videoconferencia, y como cada temporada, se jactó de los principales avances que han existido en la comuna. Es de esperar que una administración sólo destaque cosas buenas y no haga reparo en errores o faltas (todas las administraciones buscan quedar bien y reflejar progreso, ignorando los detalles que, tarde o temprano, alumbran en cualquier gestión); en ese sentido, es fundamental que el poder ciudadano (los vecinos, dirigentes sociales y entidades comunales) sean críticos, analicen cada dato entregado, comparen con años anteriores y otras comunas con condiciones similares.
Pero, las cuentas públicas tienen un gran error, al menos, “temporalmente”: Se tratan de la gestión año a año y, lamentablemente, no realiza un balance de toda la administración, ni tampoco de la última década.
En la Cuenta Pública 2019 en la capital de Punilla, se habló, por ejemplo, de la construcción de un puente de concreto en calle General Venegas, pero, como no se compara con todos los años de administración actual, queda como “muy buena noticia”, cuando efectivamente, es un tremendo avance, no obstante ¿Por qué su gestión es tan reciente? ¿No existen muchos otros puentes de madera en la ciudad desde hace décadas, que necesitan ser remodelados completamente? Interrogantes como éstas deberían ser formuladas por los vecinos, pero, como señalamos anteriormente, la Cuenta Pública ofrece una visión temporal de un año, no de más.
Es de interés público el compilado de tablas, gráficos e informes que debe resultar de esta rendición de cuenta, y los concejales deben estar a la altura del análisis y la retroalimentación; por ello, a la hora de emitir sufragios, es recomendable que (además de elegir al candidato de su tendencia política) usted vea las capacidades humanas y profesionales de quienes se disputan un asiento en el Concejo.
La ciudadanía debe estar despierta, crítica y constructivamente, porque de no ser así se corre un enorme riesgo: que el pueblo elija a sus gobernantes, pero no sepa como les gobierna