En LA FONTANA trabajamos cada día para entregar información verificada, con datos correctos y apegados a la realidad. Este trabajo, incesante, demanda -en muchas ocasiones- mayor tiempo.
“La mejor noticia no es la que se publica primero”, aseveró en su tiempo el periodista y Nobel Gabriel García Márquez, resaltando la eterna disputa: velocidad versus calidad. La primera, muy fomentada en esta era de la inmediatez.
¿Pasó una emergencia? Es cosa de abrir Twitter, Facebook o Instagram para ver, casi al instante, fotografías, “testimonios” y comentarios. No obstante, suele ocurrir que ninguno es verificado y, en varias ocasiones, se presta para la desinformación.
Es por ello que, en LA FONTANA, por más relevante que sea un hecho, siempre realizamos estrictos procesos para verificar información. Consultar fuentes oficiales, nuestras propias fuentes, contrastar con información de archivo, preguntar a expertos en el tema y, por supuesto, lograr la mayor proximidad territorial posible es parte del trabajo que cada periodista y redactor realiza antes de entregar la información.
Esto es, quizás, difícil de entender en medio de la era de la instantaneidad, donde prácticamente todo se sabe antes incluso de que ocurra. Pero esta demora, este proceso periodístico tras la publicación de cada contenido en LA FONTANA evita confusiones, difusión de información incorrecta y frena, además, la viralización de hechos -de plano- falsos o mal expuestos.
Además, nos blinda frente a campañas de desinformación que han obligado, en muchas ocasiones, a que organismos oficiales o instituciones salgan a desmentir “información errónea”.
No obstante, LA FONTANA siempre está expuesta a errores. Somos un equipo humano y estamos en constante revisión y corrección. En los casos en que corresponda, siempre habrá una “Fe de erratas” o “Fe de errores”, además de aclaraciones a los lectores en los casos respectivos.
