Uno de los rostros más conocidos y reconocidos durante la pandemia del COVID-19 a nivel país. Estamos hablando del doctor Sebastián Ugarte Ubiergo, actual médico Jefe de la Unidad de Pacientes Críticos de la Clínica Indisa, en Santiago.
Popular y querido por muchos en redes sociales, el doctor Ugarte ha recorrido semana a semana, durante meses, distintos matinales y programas televisivos del país, en busca de educar a la población y enfatizar las recomendaciones y normas sanitarias que la pandemia ha traído para distintos sectores del territorio nacional. Por lo mismo y para conocer su parecer sobre la pandemia en la provincia de Punilla, La Fontana lo entrevistó vía internet.
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-Doctor, desde su experiencia ¿Cómo ha vivido la pandemia del COVID?
Bien. Tengo buen ánimo y he visto que la pandemia todavía nos tiene con bastante movimiento en nuestro servicio (en la Clínica Indisa); donde habían 80 camas hoy tenemos 120, y no estamos todavía en un rebrote que genere un nivel de demanda como el que tuvimos en julio. Estoy observando de cerca la evolución (de la pandemia). Preocupado por lo que pasa en Magallanes y con bastantes actividades haciendo investigación y educando, porque lo más importante que podemos hacer contra la enfermedad es no enfermarse; evitar que la gente se enferme, porque una vez enferma la persona, la situación es bastante grave cuando llega a nuestras manos.
-En las comunas de Punilla no habita tanta gente como en las del gran Santiago, y una parte importante vive en el campo. ¿Cómo combatimos el virus aquí?
El tener más espacios de vida al aire libre, en zonas de campo, puede ayudar a combatir el virus, ya que todas las actividades que se realizan en espacios abiertos disminuyen el riesgo, en cambio cuando tenemos espacios cerrados y con mucha concurrencia se aumenta el riesgo. Hay que tratar de aprovechar esas ventajas que tienen las comunas con más ruralidad para hacer actividades al aire libre, no solo deportivas, sino que también económicas sin mucha concentración de gente, manteniendo las medidas del lavado de manos, uso de mascarillas cuando se está cerca de otra persona.
Pero por otro lado hay que insistir mucho en que, aunque los casos no sean tan altos y no habite tanta gente en el mismo sector, el virus circula, y si uno se descuida en una zona rural o urbana, igual se pueden producir contagios o racimos de casos. Para las personas con más riesgo esto podría significar una enfermedad grave, incluso la muerte. Por lo tanto, acostumbrarse a vivir con el virus no es pensar que el virus no existe. Hay que tomar todas las indicaciones como si siempre nos fuéramos a encontrar con el virus cara a cara, a la vuelta de la esquina. Lavándose las manos, al menos, diez veces al día, usando siempre la mascarilla, evitando los espacios cerrados concurridos y evitar el contacto físico con quienes no viven bajo nuestro mismo techo.
-Hasta hace poco, Coihueco, una comuna altamente rural, estaba en cuarentena. ¿Cambia la percepción del contagio cuando sucede en zonas netamente rurales?
Sí. La verdad es que al vivir en un entorno rural puede existir la falsa sensación de seguridad. Al estar más aislado de otra gente, en un ambiente con labores al aire libre uno puede pensar que tiene pocas posibilidades de enfermar, pero eso no es tan así, porque basta que llegue una sola persona contagiada para que pueda ocurrir un contagio. Ahí tenemos que pensar en los contagios intra-domiciliarios, o sea, cuando es una familia grande, los abuelos, padres e hijos, todos en una misma casa, hay que ir generando separaciones dentro del mismo hogar, y cuando se reúne toda la familia, tratar de no reunirse en el comedor, con ventanas cerradas, sino que reunirse en el patio, al aire libre o abrir las ventanas al interior.
-En San Nicolás, el alcalde solicitó hace poco volver a clases ¿Qué mensaje le da a esos padres preocupados de que sus hijos puedan contagiarse en el aula?
Yo creo que la desconfianza por parte de los apoderados es totalmente comprensible. Hay muchos padres que tienen temor de enviar a sus hijos; el detalle es que muchas veces uno dice ’yo prefiero enviar a mi hijo cuando haya una vacuna’, pero no tenemos vacuna y puede que no la tengamos ni el próximo año. En algún momento enfrentaremos una vuelta a clases sin vacuna; el tema tiene que abordarse y debe acreditarse la seguridad de la salud de los niños con todas las medidas.
Hay estudiantes de cuarto medio que anhelan volver a clases para tener mayor estabilidad en su educación, y también hay padres que aunque estén todas las medidas no querrán enviar a sus hijos todavía. Tenemos que estar atentos a los lineamientos que está implementando el Mineduc.
-Hasta hace poco Chillán tenía cuarentena, y San Carlos depende comercialmente de Chillán en varios aspectos. ¿Que le dice a los sancarlinos que seguramente están frecuentando Chillán actualmente?
Un consejo muy práctico: si usted aún no va a Chillán a comprar, espere. Si esperó un poco, espere un poco más. No sea de los primeros en ir a comprar, porque habrán aglomeraciones y largas filas. Si usted tiene precaución y deja pasar los primeros días del mes, disminuirá un poco. Haber tenido que aguantar toda la cuarentena para luego ir y encontrarse con mucha gente sería perder lo que se ha ganado.