Históricamente, la gráfica ha tenido un papel fundamental en la difusión de ideas políticas; desde el panfleto, la estampa, la serigrafía, el graffiti y el muralismo. mostrando la visión no oficial de los procesos, además de poner en evidencia las contradicciones sociales, económicas y ambientales.
Hoy en día, conversamos a partir de imágenes, lo que nos permite ampliar perspectivas en debates y generar comunicación. La plataforma base del meme (foto o video en las redes) es amplia y toma imágenes de la cultura popular, la televisión, personajes mediáticos, deportes y un gran etcétera para rescatar la emoción vinculada a la imagen y asociarla a la contingencia; imágenes que circulan con facilidad por grupos familiares, de amigos o temáticos.
Es así, que los memes han adquirido un rol cada vez más preponderante en las batallas políticas contemporáneas, transformándose en una herramienta discursiva y estratégica en el escenario político digital, donde, día a día, compiten ideas y posturas para ampliar o polarizar un debate.
Pero también es ocupado para argumentar sobre la premisa de información errónea, generando desinformación, por lo que es necesario establecer un marco teórico confiable en la toma de decisiones. Decisiones como las que tuvimos recientemente: aprobar o rechazar un nuevo pacto social. Mitos como, por ejemplo, “apoyar el apruebo, es apoyar la Violencia”, “rechazar para reformar; se quiere imponer una Constitución chavista”, “la hoja en blanco es un salto al vacío;la Constitución es la solución a todos los problemas”, fueron alimentados por memes que se imponen como verdad, siendo necesario estar bien informado y estar alerta a la desinformación que se mezcla como río revuelto.
Como recomendaciones les dejo el artículo de Matías Guiloff Titiun, “El dilema del artículo 19 N° 8 inciso 2″ y el álbum “Octopolar” de Novedades matutinas.