Es el segundo recinto hospitalario más importante de la región y principal centro de derivación asistencial en toda la Provincia de Punilla e incluso en el Itata. Hablamos del Hospital Dr. Benicio Arzola, de San Carlos (Región de Ñuble), que el pasado jueves, 15 de febrero, cumplió 150 años de existencia.
La historia partió un 15 de febrero, pero de 1874. En ese entonces, el vecino de San Carlos, Nicolás Pino -familiar directo del fundador Joaquín del Pino- donó unos terrenos para que la naciente ciudad tuviera su propio recinto de salud.
Las primeras profesionales
La historia del hospital ha estado marcada por mujeres de salud. Fueron, precisamente, tres profesionales la primeras integrantes de la comunidad hospitalaria que hoy se extiende a cientos de funcionarios.
Una matrona, una química farmacéutica y una asistente social fueron las primeras internas del Hospital de San Carlos. El recinto, a los pocos años, fue equipado con la mejor tecnología del país, lo que prosiguió hasta la actualidad.
Terremotos y pandemia
El lugar debió sobrellevar el terremoto de Chillán de 1939 -que le dejó en el suelo-, luego los de Valdivia y Concepción en 1960 y, el más reciente, el 27 de febrero de 2010. El último cataclismo dañó su estructura más icónica: la torre hospitalaria.
Tras la reconstrucción y readecuación del lugar vino la pandemia del COVID-19 que transformó al Hospital de San Carlos en uno de los puntos más críticos en la región. Decenas de fallecidos y miles de contagiados vieron sus pasillos.
La pandemia obligó a fortalecer la red de camillas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del recinto y por varios meses el sistema médico estuvo al borde del colapso. Lo que ocurrió en todo el país también pasó en San Carlos.
Hoy, tras superar la crisis sanitaria y retomar, de a poco, la normalidad, el recinto se alza como el segundo más moderno de la región, a la espera de un gigantesco proyecto que ha tardado años en realizarse: la construcción del Hospital Regional de Ñuble, en Chillán.
