El Comité de Evaluación Ambiental (COEVA) de Ñuble rechazó un proyecto de ampliación avícola en San Carlos. La votación finalizó 9 contra 2: todas las entidades representadas pertenecen al Gobierno.
La propuesta incluía la construcción de 23 pabellones para 745.000 aves, los que serían la continuación de un plantel ya existente ligado a Avícola Coliumo.
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Según explicó la Delegación Presidencial de Ñuble, hubo incumplimiento de plazos y la falta de corrección de observaciones técnicas. Las entidades que hicieron observaciones incluyen el SAG y la Seremi de Salud, entre otros.
Pero no sólo eso. Según el delegado Anwar Farrán, también existió falta de participación vecinal en el proceso. Destacó preocupaciones sobre el control de olores y otros impactos ambientales. “La construcción y operación del proyecto (…) generará impactos reales en la comunidad”, indicó Farrán.
Malos olores y falta de plan de pozos
La Seremi de Salud destacó problemas de malos olores en un oficio. Además, la Dirección General de Aguas solicitó un plan de monitoreo de pozos. Estas preocupaciones surgieron por el potencial impacto del proyecto.
El plantel, iniciado en 1992, buscaba extender su operación por 50 años más. La producción de huevos y el uso de guano como fertilizante son actividades centrales del sitio. La expansión proyectaba aumentar significativamente esta capacidad.
El rol del COEVA
Los Comités de Evaluación Ambiental en Chile juegan un rol crucial en la aprobación de proyectos con potencial impacto ambiental.
Estos comités, compuestos por representantes de diversas servicios públicos con competencia ambiental, evalúan los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) y las Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) presentadas por los proponentes de proyectos.
¿Con qué criterios trabajan? Según explica el Gobierno, se basan en factores como la biodiversidad, la calidad del aire, y la salud pública, entre otros.
Su objetivo es “garantizar que los proyectos cumplan con la legislación ambiental vigente y minimicen su impacto negativo en el ambiente y la comunidad”.
En el caso del proyecto avícola en San Carlos, el Coeva demostró esta función al evaluar aspectos como el cumplimiento de normativas, la participación ciudadana, y los informes técnicos de entidades como el SAG y la Seremi de Salud.