Dos hombres fueron condenados a penas de presidio en Chillán (Región de Ñuble), tras ser hallados culpables de amenazas, violación de morada y daños cometidos contra un hombre y su madre, quienes los denunciaron por el robo de una bicicleta.
Los hechos ocurrieron entre febrero y abril de 2022. El Ministerio Público, representado por el fiscal Florentino Bobadilla Rodríguez, llevó el caso a juicio y obtuvo las condenas.
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Uno de los imputados recibió una pena de tres años de presidio por tres delitos de amenazas, además de 100 días de reclusión por dos delitos de violación de morada y 100 días adicionales por daños.
El otro hombre fue condenado a 818 días de presidio por amenazas, junto con 70 días de prisión por dos delitos de violación de morada y 45 días por dos delitos de daños.
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Los delitos
El conflicto comenzó cuando las víctimas, un hombre y su madre, denunciaron el robo de una bicicleta en su hogar. A partir de esa denuncia, los condenados regresaron en varias ocasiones al domicilio de las víctimas con el fin de intimidarlas. En estas ocasiones, llegaron a lanzar piedras contra la vivienda y, en un episodio, exhibieron un cuchillo.
De acuerdo con el Ministerio Público, los imputados realizaron amenazas verbales y ocasionaron daños materiales para generar miedo en las víctimas. Las agresiones no solo ocurrieron en el domicilio, sino también en la vía pública, incrementando el temor de los afectados.
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Impacto psicológico en las víctimas
El fiscal Florentino Bobadilla Rodríguez destacó el impacto que estos hechos tuvieron sobre las víctimas, quienes estuvieron sometidas a meses de hostigamiento.
“Se demostró en el juicio cómo estos delitos afectaron gravemente la tranquilidad y seguridad de las víctimas durante varios meses”, afirmó el fiscal.
Las pruebas presentadas durante el juicio evidenciaron la constante intimidación. Esta situación provocó un profundo deterioro en la seguridad emocional de las víctimas, quienes denunciaron ser objeto de repetidos actos de violencia.
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El delito de amenazas, según la ley chilena, se refiere a la intimidación verbal o gestual que busca infundir miedo a una posible agresión futura. En este caso, no solo se emplearon palabras, sino que también se utilizó un arma cortopunzante para intimidar.
Por otra parte, la violación de morada implica ingresar en la propiedad de una persona sin su consentimiento, vulnerando su derecho a la privacidad. Los daños mencionados en el juicio consistieron en el deterioro de la vivienda, como el lanzamiento de piedras contra la puerta.
Este caso muestra la importancia de garantizar que las personas puedan ejercer su derecho a denunciar sin temor a represalias.