SEÑOR DIRECTOR:
Soy sancarlino y, como muchos de mis vecinos, viajo regularmente a Santiago por motivos laborales. En cada viaje, me cruzo con trabajadores de la construcción, mineros, profesionales de diversas áreas, jóvenes de escuelas de las Fuerzas Armadas y Carabineros, familias que buscan atención médica y estudiantes universitarios, entre otros. Chile es un país centralizado y, querámoslo o no, en algún momento todos debemos viajar a la «selva de cemento».
Hace décadas, los viajes en bus eran distintos. Las paradas en terminales de diversas ciudades y hosterías formaban parte del recorrido. Hoy, la realidad es otra: la mayoría de los buses interurbanos operan con rutas directas, optimizando tiempos y reduciendo detenciones intermedias. Imaginar un trayecto con paradas en cada terminal desde Chillán hasta Santiago haría que el viaje se extendiera considerablemente. Antiguamente, los buses incluso se detenían en hosterías para almorzar a mitad de camino. Eso ya no es viable en una sociedad donde el tiempo es un recurso preciado. En este contexto, los terminales intermedios han perdido relevancia y se concentran casi exclusivamente en las capitales regionales.
Siguiendo esta lógica, me da la impresión de que las empresas de transporte no están interesadas en hacer paradas o establecer agencias en cada terminal de cada ciudad. Sin embargo, esto no significa que debamos desatender a nuestros viajeros. La habilitación del ex recinto de Turbus ha mejorado significativamente la experiencia de quienes debemos trasladarnos. No es lo mismo esperar a la intemperie, frente a la agencia de encomiendas o en el paradero de la Virgen, que hacerlo en un lugar con techo, baños y estacionamiento.
Me detengo en este último punto: quienes viajan regularmente o dejan a un familiar saben que el estacionamiento frente a Turbus Cargo no está habilitado como tal y, con suerte, caben tres autos. En cambio, el nuevo espacio permite que las familias puedan despedir a sus seres queridos con tranquilidad, que los taxis y vehículos particulares tengan un punto de acceso cómodo y que los buses realicen paradas de manera ordenada.
La pregunta que debemos hacernos como sancarlinos es: ¿a quién beneficia este servicio? ¿Es mejor esperar en la calle o contar con un paradero adecuado? La respuesta parece evidente.
Si bien quizás San Carlos no necesita un terminal como los de los grandes centros urbanos, eso no significa quedar atrás en infraestructura para sus viajeros. No se trata solo de comodidad, sino de dignidad para quienes, semana a semana, deben salir de nuestra comuna en busca de trabajo, educación o salud.
Atte.
Luis Contreras
Sancarlino y viajero
Muy de acuerdo con lo expuesto , se debe proyectar a un mediano plazo, con los permisos y convenios con empresas transporte de pasajeros, también ojala establecer que la bajada Y/o recogida de pasajeros al sur sea en el mismo terminal ( siendo este un impacto vial en el cruce)
AHY COSAS MAS IMPORTANTES. EN SAN CARLOS QUE UN TERMINAL INTERMEDIO. NO SOMOS. TALCA. NI CHILLAN