Diseño, sonido, orfebrería y fotografía son las distintas técnicas que dan vida a la exposición “La memoria de las flores: El esgrafiado cerámico en el imaginario popular de Quinchamalí”; una muestra que más que ser un nuevo muestrario de la artesanía típica de la zona, es una propuesta vanguardista.
Este evento se presentará durante todo febrero en la sala Cristina Urrutia del centro cultural San Carlos, de lunes a viernes desde 9:00 a 18:00 horas, el que fue inaugurado el pasado jueves.
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¿Qué se busca con esta iniciativa? dar a conocer las historias y vivencias de sus protagonistas, Rita Rodríguez, su hija Flor María Betancur y su nieta Dania Juliett Betancur, familia que ha cultivado esta tradición por décadas.
Se realizó un trabajo de exploración en terreno, que reunió a los artistas visuales de Ñuble y Biobío, Tania Vásquez, Andrea Rioseco, y José Agustín Córdova, en torno a estas mujeres que abrieron las puertas de su casa, para rememorar sin reparo su latente pasado y presente.
Vale remarcar que este proyecto ganó el Fondart Regional de Cultura Tradicional y Popular convocatoria 2022, y ha tenido una gran recepción entre el público tras sus dos anteriores presentaciones en Sala de Arte Mercado y Casa Gonzalo Rojas.
Al respecto, Vásquez indicó que “esta nueva forma de mostrar la artesanía de Quinchamalí, de dar a conocer este oficio y sus historias, ha tenido muy buena acogida, y fue también algo de lo que aprendimos mucho, de sus características y de la cultura del pueblo, la que hemos intentado transmitir lo mejor posible”.
“Las fotografías, el montaje de cada pieza, los detalles que le dieron con un enfoque muy bonito, tiene mucho significado para nosotras, representadas por el diseño tradicional que es la flor del cerezo”, había dicho Betancur en la presentación.