La reciente semana, tres gremios emblemáticos se reunieron con el Delegado Presidencial Regional de Ñuble, Gabriel Pradenas, cargo cuya función es representar al Presidente de la República, Gabriel Boric, en la zona.
Reunirse con Pradenas, si todo marcha como corresponde, es el símil a reunirse con Boric, pero para los gremios que sostuvieron la reunión -la Cámara Chilena de la Construcción, la Cámara de Comercio de Chillán y la Asociación de Agricultores- al parecer no es lo mismo. Esto, porque precisamente los tres órganos pidieron a Pradenas reunirse directamente con Boric, cuando venga el próximo 20 de agosto a presenciar el tradicional desfile de fuerzas armadas y organizaciones civiles en memoria de Bernardo O’Higgins, quien nació en esa fecha en lo que hoy es Chillán Viejo.
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Si los gremios piden, expresamente, conversar con el mandatario -reflejando que no les basta dialogar con su representante- es porque, entre líneas, asumen que por más que la delegación lleve el nombre de “Presidencial”, de eso tiene sólo el nombre. O también, quizás, porque asumen que conversando sólo con autoridades de Gobierno en regiones no se logra mucho.
La premisa, que probablemente no dirán expresamente los gremios pero se subentiende al analizar brevemente la acción, es una muestra de que, por más regionalismo que hayan pregonado, la hoy administración Boric no es suficiente. Algo pasa en la gestión del Estado, algo que genera que quienes quieran tener cambios en su región no se conformen con hablar con delegados, sino soliciten hablar directamente con quien encabeza el Ejecutivo.
Los gremios manifestaron al delegado Pradenas su preocupación por dos temas: la alta pobreza, que tuvo a la CASEN posicionando a Ñuble como la región más pobre porcentualmente hablando; y la red de suministro eléctrico, que lleva meses despertando dudas -porque actualmente la línea de transmisión que sostiene a Ñuble, ese cable gigantesco que atraviesa todas las regiones del país, es débil y necesita ser fortalecido-.
Ambos son problemas muy de región, muy de Ñuble, y deben ser la prioridad del Gobierno, pero del Gobierno que está en la zona. Sólo así le bastará a las asociaciones conversar con los delegados y no pedir audiencia con sus superiores.