Es algo sin precedentes en la historia local. Por primera vez, San Carlos enfrenta jornadas de confinamiento total -o también llamadas «cuarentenas» durante los fines de semana-. La calle Serrano totalmente vacía -tanto en calzadas como aceras-, la plaza sin peatones y una sensación de «pueblo fantasma» en las principales vías de la capital de Punilla es parte del panorama que se extiende hasta hoy domingo y cada fin de semana durante la fase 2 del Plan Paso a paso del Gobierno.
La fase 2, que se encuentra vigente desde el pasado jueves, está modificando las semanas de los sancarlinos y reduciendo su movilidad. Ese es el objetivo, ya que en días anteriores la comuna superó los 20 contagios de COVID-19 en un día, situación que alertó a la población local.
BUEN CUMPLIMIENTO DE MEDIDAS
La gobernadora de Punilla, Pía Sandoval (UDI), recorrió junto al intendente y al alcalde de San Carlos algunos sectores de la ciudad en su primer día de cuarentena. «Junto al Ejército, Carabineros, cuadrillas sanitarias de la Seremi de Salud y fiscalizadores, comprobamos el cumplimiento de las medidas por parte de los vecinos, que portaban sus permisos en caso de salir a hacer alguna compra, por ejemplo. Vimos también el cumplimiento de la restricción vehicular. Felicito a la comunidad, porque en la capital provincial se está entendiendo la finalidad de estas medidas y eso hay que resaltarlo», señaló la autoridad.
Además, hoy domingo, la fiscalización sigue a cargo del Ejército, Carabineros y fiscalizadores de la Seremi de Salud.
HITO EN LA HISTORIA LOCAL
Las cuarentenas por comuna o ciudad son una medida nueva si vemos la historia nacional. Es el primer confinamiento total que realiza San Carlos.
«Por lo general, a inicios de siglo, por ejemplo, en el parlamento se discutía si se aplicaban cuarentenas a embarcaciones que llegaban de paises con epidemias, o en cruces internacionales cuando algún país vecino tenía alta cantidad de contagios», nos comenta la historiadora Carolina Marín Bastías.
«Por otro lado, lo más común era observar cuarentenas personales, donde se observaba a los enfermos por un tiempo corto, y si tenían algún síntoma, se enviaban a algún lazareto (recinto sanitario), ubicados en su mayoría en Santiago o Concepción«, añade la investigadora.
