Desde el año 2020 la calle Ernesto Riquelme, frente al Liceo Politécnico de San Carlos, tenía un nuevo vecino. Se trata de una persona en situación de calle que habitaba una carpa instalada al medio de la vereda oriente de la vía.
Su presencia, que era sabida por la Municipalidad de San Carlos y Carabineros de Chile, obligaba a los transeúntes a cruzar la calle para seguir su camino. Entre un colchón, ropa y demás enseres, el sujeto ya formaba parte del panorama del lugar, a solo media cuadra del hospital y cuatro de la Plaza de armas.
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Para varios sancarlinos, el hombre no representaba una amenaza. Es más, tenía buena relación con algunos vecinos del lugar. Incluso tenía una mascota; el perro “Sick”.
Pero la realidad es que su “toma” -como indicó el municipio– no era legal, y obstaculizaba el libre tránsito de la ciudad. “Hemos conversado varias veces con él”, decían funcionarios de Seguridad Pública Municipal, “pero no hay caso”.
“Tampoco lo podemos desalojar. Lo único que se puede hacer es cobrarle la multa correspondiente”, agregaba el director de la oficina en conversación con La Fontana en enero de este año.
Eso, hasta hoy. Luego de casi dos años de vivir en plena vereda, fue desalojado y a raíz de un hecho de violencia.
La agresión
Hoy, Carabineros informó que, en horas de la noche, el sujeto agredió a una mujer que transitaba por la vía pública. Le arrojó un “objeto contundente”, dijo la policía. Fue detenido.
Horas más tarde, el propio municipio confirmó el hecho. La agresión, que habría sido efectuada con objeto rocoso, fue la gota que rebalsó el vaso. O, al menos, dio argumentos para el desalojo del lugar.
En el proceso de detención, Carabineros dio cuenta que el sujeto tenía antecendentes por otros delitos menores. Por este motivo, la fuerza pública autorizó a la municipalidad a remover las pertencias de la persona y habilitar la vereda en la que se encontraba.
Luego de estar casi 24 meses habitando la acera, esta mañana un operativo de la Dirección de Seguridad Pública de San Carlos limpió el lugar y sacó las pertenencias del sujeto. Durante la jornada, el individuo manifestó su intención de abandonar la ciudad, y el municipio comprometió ayuda.
“Esta persona fue detenida anoche y se el comunicó por la mañana que quedó con apercibimiento“,comentó Franco Urrutia, director de Seguridad Pública Municipal.
“Fue él mismo quien nos solicitó ayuda”, contó el funcionario. El individuo les pidió colaboración para costear un viaje a Villarrica. Allá, según dijo, tiene familia.
El municipio ayudó a costear el pasaje en bus y la Red Local de Apoyos y Cuidados llegó al lugar. Lavaron su ropa, le ofrecieron servicios de higiene y el Departamento de Salud le suministró la segunda dosis contra el COVID-19.
Algunas de sus pertenencias fueron recuperadas, otras trasladadas al recinto “El Obelisco”, de acopio municipal, y el resto desechadas, bajo su solicitud.
A las 15:30 hrs., acompañado de personal municipal, el sujeto llegó al Terminal de Buses de Chillán. Allí abordó un bus con destino a Villarrica.
“Antes no quiso recibir ayuda”
“Este es un caso que se arrastra desde hace dos años”, admitió el alcalde de San Carlos, Gastón Suazo (PS). “Era muy difícil sacarlo de ahí. Antes no quiso recibir mayor ayuda, ni tampoco mostró ninguna disposición a salir de allí, pese a insistencia nuestra y de Carabineros”, detalló.
“Por un hecho de violencia, él mismo quiso abandonar la ciudad”, señaló la autoridad. “Buscamos ayudarlo por distintos medios para que él tuviera un mejor pasar y los sancarlinos pudiésemos recuperar la vereda de calle Riquelme“, agregó el alcalde.
De esta forma, y tras dos años que culminaron con un hecho de violencia, una de las 12 personas que actualmente están en situación de calle, abandonó San Carlos. De no ser por el hecho delictual y la agresión a una mujer, es probable que hoy siguiera allí, en su carpa de calle Riquelme.