Un video donde se ve una agresión entre escolares fue difundido en redes sociales y ha estado circulando a través de grupos de Facebook y WhatsApp de San Carlos (Región de Ñuble). En el clip se ve como un alumno arremete al otro y lo embiste hasta tumbarlo en el suelo.
Se trata de estudiantes de primero medio del Liceo Bicentenario Nuestra Señora de la Merced, de esa ciudad, y fue el propio establecimiento quien confirmó los hechos. La situación ocurrió el miércoles 18 de mayo y ha sido ampliamente viralizada.
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De hecho, más de un lector de La Fontana envió el video a nuestro medio, a través del canal de denuncias ciudadanas al que usted puede acceder aquí. Días después, la grabación fue bajada de Facebook: exponía la identidad de los menores.
La semana pasada, el liceo envió un comunicado a la comunidad educativa -esto es, alumnos, apoderados y funcionarios- pero no lo hizo público. El documento, al que este medio pidió acceder por la vía institucional, explicaba la situación y lamentaba el episodio, asegurando que se cumplieron los protocolos al respecto.
El colegio cerró la puerta a entregar información a la prensa.
Agresión entre pares
“El mismo día que se produjeron los hechos, nosotros tomamos conocimiento de él”, afirmó el Seremi de Educación de Ñuble, César Riquelme, en exclusiva con La Fontana.
“Además, analizamos el comunicado público que sacó el Liceo Bicentenario (…). En este caso, lo que corresponde es que el liceo aplique los protocolos de agresión entre pares, de alumno a alumno. Por normativa legal, todos los establecimientos, en su reglamento de convivencia, tienen que tener distintos tipos de protocolos. Eso no es voluntario, es obligatorio”, explicó la autoridad regional.
Dichos protocolos está normado en la Ley 20.536 de Convivencia Escolar y forman parte del denominado Reglamento de Convivencia. El instructivo debe ser abiertamente entregado a cada apoderado al momento de matricular a los estudiantes.
“Los apoderados de los alumnos afectados, deben tener claros cuales son los pasos (a seguir). Normalmente, en primer lugar se debe hacer la denuncia al interior del establecimiento, que debe tener un encargado de convivencia escolar y comités de convivencia, para investigar y adoptar medidas al respecto”, detalló Riquelme.
¿Y si el colegio no cumple?
“Si el establecimiento no los aplicó (los protocolos), se arriesga a una sanción de parte de la Superintendencia de Educación”, precisó el seremi.
Además, explicó que “si el apoderado o alumno considera que el establecimiento no ha dado respuesta, o la respuesta que dio no le deja satisfecho, puede recurrir a la Superintendencia, que va a fiscalizar la existencia del reglamento, los protocolos y va a evaluar si el establecimiento los aplicó como corresponden”.
Oficio a la Superintendencia
Si bien no es necesaria la gestión de la Superintendencia de Educación -que se encarga de fiscalizar esta y otras materias- en este caso, la autoridad regional declaró que solicitaron su injerencia. Este organismo puede actuar “de oficio”, es decir, sin que haya una denuncia.
El seremi expresó que “nos hemos comunicado con otros organismos, en este caso con la Superintendencia, porque es un hecho de connotación pública que nos preocupa mucho”.