Un equipo de especialistas del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) Quilamapu, en Chillán (Región de Ñuble) desarrolla herramientas no químicas para el control de plagas agrícolas.
Este proyecto, liderado por el investigador del Laboratorio de Ecología Química de INIA, el doctor Ricardo Ceballos, utiliza la ecología química para modificar el comportamiento de los insectos mediante señales naturales.
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“La ecología química busca ‘engañar’ a los insectos para que perciban un entorno que en realidad no existe”, explicó Ceballos.
Este enfoque permite manejar plagas de forma específica, afectando únicamente a las especies objetivo sin impactar negativamente en el medio ambiente ni en otros organismos.
El trabajo se centra en el uso de semioquímicos, compuestos naturales como feromonas, que interfieren en el comportamiento de los insectos.
Según el investigador, estos métodos son más efectivos en plagas de difícil manejo, como las que atacan raíces y tallos, donde los pesticidas no llegan con eficacia.
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Nuevas alternativas a los químicos
Actualmente, los especialistas evalúan diferentes atrayentes en huertos comerciales de arándanos para controlar la sierra del manzano, una plaga que provoca severos daños estructurales en las plantas.
“Estamos realizando pruebas en terreno para definir la eficacia de estos atrayentes y esperamos tener un producto listo para su implementación en las próximas temporadas”, agregó Ceballos.
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La investigación también incluye el uso de extractos vegetales y aceites esenciales como atrayentes o repelentes. Estos compuestos están diseñados para controlar los insectos en diferentes etapas de su ciclo de vida, como las larvas.
“Este proceso requiere una gran inversión de tiempo y recursos, pero responde a la creciente demanda por alimentos libres de residuos químicos”, destacó el investigador.
Además, el proyecto aborda el control de otras plagas relevantes, como el burrito de la vid y el chinche pardo de los frutales.
Según Ceballos, la identificación de compuestos específicos es una tarea esencial para desarrollar soluciones innovadoras que permitan una producción agrícola más sostenible.