Recuperar ecosistemas quemados y frenar el avance de especies vegetales invasoras. Ese fue el objetivo de las jornadas comunitarias de restauración que se realizaron entre mayo y julio en cinco sectores rurales de Quillón y Ránquil, en la Región de Ñuble.
Participaron 70 personas voluntarias, quienes intervinieron zonas degradadas por los incendios forestales registrados en 2023. Así lo informó este miércoles, 23 de julio el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) en la región.
Los trabajos se desarrollaron en los sectores de Santa Gertrudis, Capilla de Queime, Santa Ana de Caimaco, San Ramón y Puente Siete. En total, se intervinieron cerca de 7,5 hectáreas, con labores de remoción de vegetación no deseada, manejo de desechos y plantación de especies nativas.
Las especies extraídas fueron el pino insigne, aromo, retamilla y zarzamora, identificadas como exóticas invasoras. Este tipo de plantas tiende a expandirse rápidamente y desplazar a la vegetación local, además de aumentar la inflamabilidad del terreno.
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Pérdida de biodiversidad en zonas rurales
En reemplazo, se plantaron más de 250 ejemplares de flora nativa, entre ellos quillayes, peumos, espinos, litres, huinganes y corcolenes. Estas especies forman parte del ecosistema local y tienen mayor resistencia al fuego y a la sequía.
El Seremi del Medio Ambiente, Mario Rivas, explicó que el manejo anticipado de vegetación foránea facilita la regeneración de especies nativas. “El control de especies exóticas invasoras crea las condiciones necesarias para que nuestras especies nativas puedan regenerarse de manera natural”, señaló.
También destacó que las acciones tempranas permiten reducir riesgos ambientales y recuperar funciones ecológicas. La Coordinadora Nacional del Proyecto GEF, Andrea Cabezas, advirtió que la presencia de especies invasoras ha impactado negativamente los ecosistemas del país.
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“Las especies exóticas invasoras representan una de las principales amenazas para la salud de los paisajes y su expansión ha provocado una drástica pérdida de biodiversidad nativa, además de aumentar el riesgo de incendios de alta severidad”, afirmó.
De acuerdo con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), este tipo de especies puede alterar hábitats naturales, reducir la disponibilidad de agua y modificar procesos ecológicos.
En Chile, el Ministerio del Medio Ambiente registra más de 500 especies exóticas invasoras, tanto animales como vegetales. Muchas de ellas están establecidas en zonas rurales y afectan la recuperación natural posterior a eventos como incendios forestales.