Estos huertos, ubicados en laderas de cerros y con manejo limitado de agua, producen frutos de características únicas, aseguran especialistas.
Pese a formar parte de Chile desde la época de la Colonia, esta fruta ha perdido valor en el mercado local, eclipsada por variedades más dulces y económicas de la zona central.
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La situación ha llevado a los productores a enfrentar decisiones difíciles, como cambiar el tipo de cereza cultivada o incluso abandonar el rubro.
La Universidad de Concepción, liderada por el doctor Richard Bastías, está trabajando para rescatarla. Con un convenio, la casa de estudios busca optimizar el manejo frutícola para hacerlo más sustentable.
A su vez, pretende mejorar los niveles de calidad del fruto para potenciar su exportación, especialmente a mercados que demandan cerezas bicolores.
El encargado de Desarrollo Rural de la Municipalidad de Quillón, Jorge Esparza, reveló una estadística preocupante: “El año pasado quedaron en planta, aproximadamente, entre el 60 y 70 por ciento de cerezas sin cosechar“.
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Precios bajos y compra limitada
Esto se debió a precios bajos y a la compra limitada por parte de la agroindustria. En respuesta a esta crisis, se estableció el convenio con la institución educativa.
La situación actual de la cereza “Corazón de Paloma” refleja un cambio significativo desde los años ’70, cuando era la principal variedad consumida en Chile.
“Los métodos de producción de la cereza Corazón de Paloma son bastante más limpios, porque se aplican muy pocos productos químicos para el control de enfermedades y plagas“, añadió Bastías.