Un déficit de 24,6% en las precipitaciones acumuladas registra la Región de Ñuble al 31 de julio de 2025. Así lo informó la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas en su balance hídrico mensual, documento que también advierte de una fuerte disminución en la acumulación de nieve y en los caudales de los principales ríos.
El informe detalla que la estación Volcán Chillán presenta un déficit de nieve del 73% respecto a su promedio histórico. La falta de nieve afecta directamente a los cursos de agua, entre ellos el río Ñuble, cuyo caudal promedio en julio alcanza 59,2 m³/s, un 56% menos que su registro habitual de 134,7 m³/s.
El Seremi de Obras Públicas, Freddy Jelves, explicó que la disminución de nieve en la cordillera tiene un impacto evidente en los niveles de agua de la región. “La caída en los caudales de nuestros ríos, con un promedio regional de 60,9% menos en julio respecto a años anteriores, es preocupante”, afirmó la autoridad.
El balance también muestra cifras críticas en las comunas de Chillán y Coihueco, donde los déficits de precipitaciones alcanzan un 32,6% y 39,8% respectivamente. A nivel provincial, Punilla lidera con un déficit del 31,9%, seguida por Itata (22,9%) y Diguillín (21,8%).
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Embalses y ríos reflejan el impacto de la crisis hídrica
El análisis de los embalses revela que la Laguna Laja, compartida con la región del Biobío, se encuentra al 24,6% de su capacidad total, registrando un déficit de 14,7% respecto de su promedio histórico.
En tanto, el embalse Digua, compartido con la región del Maule, tiene un nivel de llenado del 52,5%. El embalse Coihueco, el único de la región, presenta cifras más altas, con un 73,9% de llenado.
El Seremi del MOP advirtió que la actual situación hídrica no se revertirá a corto plazo. “Estamos ante una situación que no se resolverá con una o dos lluvias. La variabilidad climática llegó para quedarse y nos exige cambios estructurales en la gestión del recurso hídrico”, indicó Jelves.
La Dirección General de Aguas atribuye los bajos niveles de nieve y agua a fenómenos de variabilidad climática, cuyos efectos son cada vez más recurrentes en el país. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) sostiene que la sequía prolongada se ha intensificado en América del Sur, afectando directamente a países como Chile.
La escasez de recursos hídricos reportada en Ñuble compromete la disponibilidad de agua para riego agrícola, consumo humano y generación de energía.