Tras dos años sin realizarse, debido a la pandemia del COVID-19, este fin de semana se llevó a cabo la Fiesta de la Cereza en Queime, comuna de Quillón, en la Región de Ñuble.
El evento atrajo a cerca de 3 mil personas provenientes de todo el territorio nacional, los que pudieron disfrutar del dulce fruto local, además de comidas típicas. La fiesta se extendió hasta la madrugada.
La cereza es la principal fruta del sector, la que se vendió en grandes cantidades, ya sea por kilo o en caja, tanto en mermelada como en conserva.
Amortiguar un año de crisis
Se trató de una actividad que buscó amortiguar la crisis económica que han tenido que afrontar los productores cereceros, en un 2022 que también les trajo muchas dificultades.
Hubo paro de camioneros, el que impidió la salida de cerezas para exportación a Asia. Asimismo, los frutos nortinos irrumpieron en Concepción, Chillán, Los Ángeles y Temuco, dejando a los trabajadores locales sin poder vender sus cosechas a sus principales compradores en fresco.
Uno de los agricultores de la zona, Luis Sanhueza, explicó que "el que haya menos mano de obra disponible y el aumento del costo de producción de la cereza, nos ha provocado que sea muy bajo el precio de venta, en comparación al costo. Los abonos y líquidos que nos exigen parte de las conserveras nos han hecho gastar mucha plata y ganar poco".
Alcalde criticó a las empresas
Misma frustración demostró el alcalde, Miguel Peña. "Es impresentable que a estas alturas del año las empresas castiguen a nuestros agricultores, regulando el mercado y comprando cuando quieren y al precio que quieren".
Respecto a los precios, entre 350 y 400 pesos estaban pagando las empresas por el kilo de cerezas, un precio bastante bajo si se considera que el costo de producción es de 220 pesos por kilo.