Francisco Javier Cisternas Ramírez, un hombre de 32 años, sigue desaparecido en el cerro Pirigallo, sector del sendero Aguas Calientes en Pinto (Región de Ñuble). La búsqueda, que se encuentra en su sexta jornada, fue suspendida el pasado domingo, 4 de agosto, debido a intensas ráfagas de viento que impidieron el avance de las operaciones.
Desde las 7:00 horas de ese día, equipos de rescate compuestos por el GOPE de Ñuble y Maule, especialistas en montaña de Tenencia Las Trancas, el Ejército, Bomberos, la empresa Nevados, Socorro Andino y voluntarios se desplegaron en la zona.
Estos grupos utilizaron motos de nieve proporcionadas por Senapred, un helicóptero de Carabineros y drones de la Brigada de Televigilancia de la Delegación Presidencial para realizar el monitoreo aéreo.
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El Prefecto de Servicio en Ñuble, teniente coronel José Luis Villegas Orias, explicó que los equipos iniciaron las operaciones en mejores condiciones meteorológicas que los días anteriores, pero tuvieron que detenerse debido a las fuertes ráfagas de viento.
«Los equipos y sus medios se desplazaron a la zona de interés y ejecutaron sus primeras acciones en el lugar, pero lamentablemente debieron suspender la búsqueda debido al inicio de fuertes ráfagas de viento que impidieron el desplazamiento del helicóptero y que disminuyeron la visibilidad para los equipos en el terreno», afirmó el teniente coronel.
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Francisco fue visto por última vez el miércoles pasado, cuando su compañero de excursión lo perdió de vista mientras descendían del cerro Pirigallo por el sendero Aguas Calientes. La planificación de las operaciones se basó en el último lugar donde fue visto Francisco.
En los próximos días, los equipos de rescate esperan que las condiciones climáticas mejoren para poder retomar las labores de búsqueda. La familia de Francisco se encuentra en el centro de operaciones, recibiendo actualizaciones constantes y acompañamiento de Carabineros.
En el contexto de esta operación de rescate, es importante destacar la complejidad y los riesgos asociados a los rescates en zonas montañosas. Las condiciones meteorológicas adversas pueden cambiar rápidamente, afectando tanto la seguridad de los rescatistas como la eficacia de las operaciones
