El tiempo de desarrollo de nuevas variedades de alfalfa podría reducirse de diez a seis años con selección genómica. Así lo informó el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA Quilamapu) de la Región de Ñuble, tras la colaboración de su investigador con la Universidad de Florida (EE.UU.).
La investigación busca mejorar la resistencia de la alfalfa a la sequía y su producción forrajera. El investigador del INIA Quilamapu, Luis Inostroza, explicó que el estudio analiza 250 progenies de alfalfa con marcadores moleculares y datos fenotípicos recopilados durante tres años.
La selección genómica permite identificar genes con potencial agronómico sin necesidad de pruebas de campo prolongadas.
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Según el especialista, este análisis abre nuevas posibilidades de desarrollo en la investigación genética de la alfalfa. “La calidad de nuestros datos abrió múltiples posibilidades de aplicación y análisis, lo que generó una lluvia de ideas para futuras investigaciones y colaboraciones”, afirmó.
Durante su estadía en la Universidad de Florida, Inostroza trabajó con el especialista en genética de alfalfa, Esteban Ríos. También recibió formación en propagación vegetativa con la Dra. Yolanda López, un procedimiento que ha presentado dificultades en Chile.
El investigador señaló que la capacitación permitió incorporar herramientas genómicas avanzadas en la investigación. “Me entregaron scripts y herramientas para correr los modelos de selección genómica, lo que permitirá optimizar el análisis de nuestros datos y mejorar la precisión en la identificación de variedades más productivas y resilientes”, detalló.
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Impacto del déficit hídrico
La crisis hídrica afecta a las principales zonas productoras de forraje en Chile. Según la Dirección Meteorológica de Chile, el 76 % del país enfrenta algún nivel de déficit hídrico, lo que genera un impacto directo en la agricultura y la ganadería.
El investigador del INIA indicó que el objetivo del proyecto es mejorar la disponibilidad de forraje frente al cambio climático. “Con esta investigación, queremos asegurar un suministro estable de forraje para los productores, adaptado a las condiciones climáticas actuales y futuras”, señaló.
El proyecto considera la publicación de los resultados en revistas científicas y la continuidad de la colaboración con la Universidad de Florida. También busca aplicar los avances en el Programa de Mejoramiento Genético de Alfalfa en Chile.
El especialista destacó que los datos recopilados en el país han sido bien valorados en el ámbito académico. “Nuestros datos son únicos y ellos tienen el conocimiento en análisis genético. Juntos, podemos publicar estudios de alto impacto y desarrollar herramientas que beneficien a los productores de alfalfa en Chile y en todo el mundo”, concluyó.