Las lluvias e inundaciones de junio y agosto han representado un claro riesgo para la incipiente temporada de riego agrícola en la Región de Ñuble.
Por ello, regantes, agricultores y el Ministerio de Obras Públicas (MOP) ha proyectado trabajos en conjunto para evitar dichas afectaciones. La temporada de riego se sitúa, cada año, entre septiembre y marzo.
Así, han sostenido reuniones con el Ministerio de Agricultura, las juntas de vigilancia de los diferentes ríos de la región, asociaciones de regantes y los presidentes de las comunidades, para evitar consecuencias en la seguridad alimentaria (es decir, disponibilidad de alimentos).
Mediante la Dirección General de Aguas (DGA) y la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), se han realizado una serie de reuniones para avanzar en diversas obras.
Entre ellas destacan el encauzamiento de los ríos, contratando 3 mil horas de bulldozer y excavadoras, invirtiendo más de $1.500 millones de pesos.
También se realizarán trabajos en los canales Laja Diguillín y Coihueco, y se recuperarán cauces en Río Niblinto, Estero El Manzano, Río Perquilauquén, Estero Taucú, Río Ñuble, Río Chillán, Río Itata, Estero Trabuncura y Río Cato.
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«Tenemos un 90% de los canales con daños graves»
Respecto al estado de los canales tras las inundaciones, el presidente del Canal Municipal San Carlos, Andrés Rueda, remarcó que «creo que el 100% o un 90% de los canales están con daño grave en lo que es compuertas y captación de agua, el río estaba sobre todos los canales, y era imposible entrar a evaluar».
Por su parte, el Seremi de Obras Públicas, Paulo de la Fuente, aseguró que «tenemos objetivos claros que van encaminados a trabajar rápidamente en los cauces, para darle conectividad a cada una de las redes de canales, donde será el Ministerio de Agricultura que pueda trabajar también con ello a través de Indap y la Comisión Nacional de Riego».
