El reciente descenso de Chillán al nivel Medio Bajo en el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) 2023 nos obliga a reflexionar sobre los desafíos que enfrenta nuestra región. El estudio realizado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) destaca una caída en dimensiones como ambiente de negocios, condiciones socioculturales y salud y medio ambiente, afectando directamente la calidad de vida de cientos de familias, muchas de ellas de escasos recursos.
Ante ello, la educación no puede limitarse a responder solo a las necesidades del mercado laboral, debe ser también una herramienta transformadora, que permita a los jóvenes cambiar su realidad y, por ende, el entorno en el que viven. El deterioro en el ambiente de negocios de Chillán refleja la necesidad de fortalecer las capacidades locales para atraer inversiones, generar empleos de calidad y fomentar el emprendimiento. Las instituciones educativas tenemos una gran responsabilidad: preparar a nuestros estudiantes no solo en áreas tradicionales, sino también en sectores emergentes que impulsen el desarrollo económico de la región, como la tecnología, la agroindustria y los servicios sostenibles, campos en los que ya estamos trabajando.
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Debemos reconocer que el retroceso en la dimensión de condiciones socioculturales está profundamente relacionado con los valores que promovemos en nuestras aulas. La educación no solo debe formar profesionales, sino también ciudadanos comprometidos con el bienestar de sus comunidades. Por eso, nuestra misión es más amplia: ofrecemos una formación que fomenta la inclusión, el respeto por la diversidad y la cohesión social, elementos cruciales para superar las brechas de desigualdad que persisten en nuestra región, especialmente rural.
Nuestra oferta educativa está enfocada en la equidad, brindando oportunidades a todos los estudiantes, sin importar su origen social o económico. Esto incluye programas que faciliten el acceso de las mujeres, quienes a menudo enfrentan barreras adicionales para ingresar y mantenerse en el mercado laboral. En una región como Ñuble es fundamental avanzar en la capacitación de las mujeres en sectores clave, promoviendo su participación activa en la economía regional.
El descenso en la calidad de vida urbana debe entenderse como un llamado de atención para fortalecer la colaboración entre el sector público, privado y académico. Desde nuestra institución, promovemos esta articulación, convencidos de que la sinergia entre los distintos actores es esencial para mejorar los indicadores de nuestra región. El sector público debe implementar políticas que favorezcan la inversión, el desarrollo urbano y el acceso a servicios de calidad, mientras que el sector privado debe comprometerse con proyectos innovadores que mejoren la calidad de vida de los habitantes de Ñuble.
Como institución educativa, tenemos el compromiso de formar a las nuevas generaciones para que sean agentes de cambio en sus comunidades. Creemos que la educación tiene el poder de transformar realidades, y estamos convencidos de que, con un esfuerzo conjunto, podemos revertir la situación actual de Chillán y contribuir al desarrollo de la región de Ñuble.