El principio atemporal de Arquímedes resuena en la Región: “dame un punto de apoyo y moveré el mundo”. En Ñuble, este aforismo adquiere un nuevo significado en el ámbito de las instituciones de educación superior, donde la colaboración y la unidad se erigen como pilares fundamentales para lograr consolidar fuerzas en pro del desarrollo de la Región más joven del país.
Si algo se supone, que debemos tener claro algunas instituciones del sector, es que somos alternativas u opciones para los estudiantes, pero no somos competencia, desde el concepto desarrollado en la teoría neoliberal del mercado, porque cada persona bajo el modelo de economía que rige en el país tiene la opción de escoger y decidir, cuál carrera estudiar, dónde y hasta el horario y modalidad en la cual la cursará. Si es la profesión soñada por el estudiante y que la misma se logre materializar es tema para ser abordado en otro espacio.
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Lo cierto es que las agujas del reloj parecen indicar que aquellos que cumplimos funciones de rectores debemos sentarnos y trabajar en alianzas estratégicas que vayan más allá de la quinta pared, esa que todos tenemos al frente, pero que no queremos ver, ir y hacer de la academia brazos que lleguen a las distintas comunidades a través de proyectos pensados y respaldados desde las ciencias con repercusión en las poblaciones, en el ciudadano común y en los grupos más vulnerables.
Esto no es un discurso político, porque de eso ya hay mucho, es una invitación abierta para construir en Ñuble una instancia que trabaje para hacer de la Región un territorio más equitativo, sustentable y productivo a través del desarrollo y la presencia de la Educación Superior, desde sus diferentes niveles. Ejemplo de ello es el trabajo que ha realizado hasta la fecha la asociación Vertebral.
Nosotros, herederos de la región con la partida de nacimiento emitida en el nuevo milenio, debemos lograr diagnosticar ese punto de apoyo para empezar a movernos como gremio colegiado y hacer de este momento histórico un punto de partida donde todas las fuerzas remen hacía el mismo objetivo que es hacer de nuestro gremio, y no de educadores, sino de las corporaciones educativas un espacio donde podamos dar respuestas concretas desde lo pequeño, pero que esas pequeñas acciones pueden marcar la diferencia entre lo tradicional, empírico y lo formal- profesional.
Es momento de que las instituciones de educación superior se conviertan en entidades que trasciendan las aulas, que dejen una huella visible y palpable en las vidas de aquellos que rodean nuestra comunidad académica. Estamos a tiempo de convertir las ideas en acciones tangibles, colaborativas y transformadoras para el beneficio colectivo.
En esta búsqueda por fortalecer los lazos, aprovechemos las experiencias, aprendizajes y sinergias que existen entre las instituciones de Ñuble, trabajemos juntos para llevar el conocimiento más allá de nuestros muros, impactando positivamente en el desarrollo integral de nuestra región.